Limpiamos todos

Este año, el Ayuntamiento de Paterna ha querido poner fin al acumulo de suciedad en las calles del municipio. Para ello, tomó una medida impopular y muy criticada por la oposición, una nueva subida de impuestos. Desde entonces, pocos cambios se han producido: veo el mismo número de papeleras, es decir, una cada doscientos metros, veo la misma cantidad de basura alrededor de los contenedores de papel, y las aceras siguen igual de sucias.

Espero que las medidas consigan aplicarse y mejorar en algo el aspecto de las calles y parques públicos. Es cierto que cada uno de nosotros deberíamos hacer cuanto nos sea posible por mantener nuestra ciudad, nuestra casa a mostrar, lo más limpia posible. Sería deseable.

Pero cuando eso no se produce, se debe recurrir a otras medidas como la planteada por el Ayuntamiento. Eso sí, es responsabilidad del consistorio asegurarse del cumplimiento de las ordenanzas municipales y del contrato firmado con la empresa encargada de la recogida de basura. Mientras haya calles, parques y barrios donde la suciedad en las aceras se acumula, mientras haya quemas incontroladas que inundan la ciudad de humo tóxico, se nos advierte de que algo no funciona correctamente, o ensuciamos demasiado, o no se limpia lo suficiente, o seguramente se produzcan ambas cosas.

Otro problema que se presenta en cualquier ciudad son los grafiteros, quienes se dedican a llenar las calles de garabatos que muestran su grado de infantilismo. Individuos frustrados que buscan llamar la atención de una forma inmadura y delictiva. Cada grafiti lleva la firma de un borrego que desconoce la palabra civismo y por supuesto, la educación. Existen otras formas de protestar contra las reglas de la sociedad si es que ése es su problema.